Luz sanadora.

Antes de ti estaba un tanto pérdida, me encontraba sola, melancólica y en shock. Anhelaba algo pero desconocía que era, no tenía una ruta planeada y mucho menos un plan de escape. 

Era una persona sonriente pero en la oscuridad solo eso; oscura. Lloraba mucho, sufría mucho, me dolía mucho. Sentía mucho.

A tu llegada mis sentidos se fueron al Sol, me revoloteaba el estómago y el corazón, por primera vez me aventuré sin pensar, sin analizar, sin planear, estaba puesta y dispuesta a todo, por ti. 

La sangre de Bella es para Edward como una marca personal de heroína, así eres tú para mí, la recopilación de todo lo que buscaba. 

Pasaron años, fuí aparentemente feliz y digo aparentemente porque a pesar de serlo, por dentro seguía sintiendo oscuridad, después dimos el gran paso, comenzamos una vida juntos, con nuestras propias reglas y consecuencias. Todo ha resultado mejor de lo que alguna vez imaginé y de repente, sin darme cuenta, la oscuridad ya no estaba, ya no me dolía nada, ya no tenía cuentas pendientes.

Te veo junto a mí, te abrazo, te beso y siento la paz, me llenas de magia, tienes una luz inmensamente sanadora y te juro; la sonrisa con hoyuelos más bonita que he visto. 

Eres la manera más bonita y dulce que tiene la vida para decirme que la magia existe y que he sido congruente conmigo misma.