En el trance de mi vida

Entrando en un trance, ví las olas del mar arrastrando el resto del aura boreal.
Tenía una manta beige, un color desgastado ya por el recorrido,
logré reconocer el olor peculiar del asfalto mojado, también encontré olor a tabaco.

En el viaje logré visualizar el campo de energía, siempre en batalla; positiva vs. negativa. 
Me pareció extraño y muy familiar.
Canalicé mis ansías de verle, ignoré mis ganas de besarle, practiqué abstinencia para no pensarle.

Llegando al clímax de la situación bárbara, su silueta y su voz de tritón me abrazaron, me sentí en mi hogar.

Analizando el trance, noté que su ausencia me lleva a -100.
Pero también me hace sentir una sirena navegando por esta carretera.

Sin su presencia soy partículas volando, a su lado un cosmos de energía pura.