Un amor secreto.

 Creo que nunca he escrito sobre ti, al menos no que recuerde, tengo esa espinita atorada entre mis dedos y hoy, por fin la sacaré porqué soñé contigo, de en vez en cuando te cruzas en mis sueños y a veces, solo a veces, ahí sí es posible nuestro amor. 

Ésta vez así fue, no habían terceras personas, ni remordimientos de consciencia, solo éramos tú y yo, queriéndonos y averiguando qué podría pasar si tan solo fuéramos un poquito más valientes, juntos.  

Recuerdo muy bien el día que cambió todo completamente, te juro que por mi mente nunca pasó la idea de un "nosotros" como algo más, siempre te vi como un amigo, un gran amigo, pero creo que esos celos amistosos cuando la musa y tú se conocieron, realmente no fueron tan amistosos. 

Fuiste mi confidente y mi barquito de risas hasta ese día, un diciembre. Estaba a punto de irme, mis papás ya me estaban esperando, ese día nos la pasamos toda la noche tomados de la mano, para mí no fue extraño, siempre te sentí tan cercano. Después me acompañaste por mi bolsa, la dejé en otro piso, subimos, la tomé y al dar un paso hacía las escaleras, me jalaste contra la pared y me besaste, no lo esperaba, aunque inconscientemente sí lo deseaba también, por su puesto que te correspondí, no sabía que estaba haciendo, no sabía si nuestra amistad se iba a perder -Ya tenía experiencia en ese tema-, pero tampoco me importó, bajamos, me llevaste al coche de mis papás y me querías besar nuevamente, te dije que no y no porque no quisiera, pero estábamos enfrente del coche, con las luces encendidas y mis papás mirándonos, nos reímos mucho. 

No tengo muy claro que pasó después, solo sé que salimos algunas veces, nos besábamos mucho y mi mundo se tambaleaba cada que vez que me decías "te amo", no sabía lo que significaba después de ese día.

Siempre fui muy enamoradiza y tú también, nadie mejor que yo lo sabía, te conocía y conocía tu larga lista de conquistas; mi nombre ya formaba parte de ella, como una idiota me enamoré de ti, como todas... La razón me decía que no ibas en serio, por miedo, por precaución, no sé, pero al mismo tiempo tus ojos de canica me decían todo lo contrario, sé en que también tú te enamoraste y si hubiéramos sido más valientes, la historia sería otra o no, no lo sabremos.

Poco a poco me fui alejando por supervivencia, me pesaba más perderte como amigo que perderte como amante y decidimos terminar antes de empezar, antes de destruirnos, afortunadamente nuestra amistad sobrevivió, tal vez ahora con un silencio incómodo ente los dos, pero sobrevivimos. 

"Podemos estar con quién queramos porqué al final tú y yo nos vamos a casar" 

Solo en sueños, tal vez ahí sí.