Andrea.

-Hola, te compro todos los dulces, incluyendo tu alma. Dijo Andrea, al mismo tiempo que le sonrió y lo tomó por el hombro, mostrando curiosidad, empatía y elocuencia. 

Andrea siempre busca ser el centro de atención, le gusta tener las uñas arregladas y manipular a las personas, le cuesta relacionarse con mujeres pero, por el contrario, con los hombres puede hacerlo como deporte. Es amorosa con los animales y me gusta pensar que en el fondo, muy en el fondo también es buena persona. 

Ella es muy enamoradiza y busca amor a toda costa, cree en los príncipes azules y no pierde la esperanza de encontrar uno que tenga todo lo que busca en varios, un gran castillo, guapo, hijo único o con hermanos pequeños, una suegra que la apruebe, grandes recursos económicos y si se puede, doble nacionalidad, pero lo que realmente busca es atención, reconocimiento y obediencia para estar en paz. 

Sabe cómo envolvente, puede hacerte sentir en confianza y escarbar hasta lo más profundo de tu psiquis para después usarlo en tu contra. 

Lame tus heridas y las mantiene húmedas para que no puedan sanar, te da la falsa sensación de paz, de ser tu salvadora, te sube al cielo para más tarde dejarte caer, pronto descubrirás que en realidad es una hermosa sirena, esa que con su canto celestial te llevará a lo más profundo, para después devorarte y repetir el ciclo cada vez que tenga hambre. 

Ha tenido mala suerte en el amor, al menos eso piensa, pero en realidad, el problema es ella misma; la causante de sus propios males, ha sido afortunada por cruzarse con personas buenas pero, en su necesidad de querer más, no ha podido darse cuenta. 

Pide regalos para después fingir sorpresa, seguramente si alguien le propusiera matrimonio, ella iría a escoger el anillo. Algo así como una Rubí de la era moderna. 

Es una narcisista experta, tiene muy bien medidos sus movimientos, aunque cada vez le dura menos el placer al encontrar a su nueva víctima, se aburre fácilmente o no puede seguir con su máscara de inocencia.

A oscuras se siente sola, por eso busca estar rodeada de personas que la adoren a todo momento, para que su egocentrismo no se desmorone.

Dicen que no tiene corazón, que no sabe amar y que se quedará sola por todo el mal que ha causado, dicen que todo lo que ella le desea y lo que hace a los demás le será regresado 7 veces 7 y por eso tiembla de vez en cuando. Yo creo que también está rota, no sabe estar sola y por eso no puede sanar. 

Pienso que sí hallará a esa persona especial, se podría hacer realidad la escena de la serie de Dahmer, pero sin el final; no se comerá su corazón. También creo que puede llegar alguien con el mismo nivel de narcisismo, que le dará una gran dosis de su propio veneno y que eso terminará siendo su antídoto.

- Por favor, dame una oportunidad. Dijo Andrea mientras se arrodillaba, suplicando una última vez. 
- No, nunca más. Dijo el caballero. 

Andrea tomó unas tijeras y lo amenazó, él ni ella sabían que iba a pasar, así que se escondió y ella corrió a cerrar todas las puertas, no estaba dispuesta a dejarlo ir y él iba a hacer lo todo lo posible por escapar.

Pudo hacerlo, corrió por su vida, corrió de su pasado en conjunto y la dejó atrás, no volvería a ese lugar que alguna vez lo vió reír, llorar, enojarse y pedir auxilio.
Andrea perdió el control de sí y él salió victorioso, un tanto adolorido, pero con una gran sonrisa al verse lejos de aquel lugar. Las marcas que alguna vez le dejaron sus rasguños ya no le sangraban. 

Andrea vió como esa Hada con amor y paciencia se encargó de su recuperación. 

- Hola ¿Cómo estás? Que bonita sonrisa. Dijo Andrea mientras enrolla su cabello y le coqueta a su próxima presa. 

La historia se seguirá repitiendo una y otra vez, hasta que aprenda la lección o pague su Karma.