La Princesa y el árbol.

Había una vez una Princesa llamada Luz, ella lo tenía todo.
Padres amorosos, amigos fieles y amores por ahí.
Lo tenía todo y se sentía sola, ella no lograba entender por qué.

Un día decidió salir a dar un paseo por el bosque, se sintió conectada y no sé dio cuenta de lo mucho que ya se había alejado del castillo, pasaron horas y la princesa seguía extasiada por la belleza del bosque, por lo misterioso que se sentía y por el frío "abrazante" que la arropaba.

En ese paseo, no dejó de sonreír... No había nadie, y fue la primera vez que la Princesa no se sintió sola.
Por primera vez, se enamoró... Vi a ése árbol inmenso, rico en colores, tan lleno de paz, tan sabio. 

Conectó, fue como el flash de una cámara vieja, quedó asombrada y un poco aturdida. 
Entre cada parpadeo, llegaron a su mente imágenes; como en una película antigua, vio su vida recorrer ante ella. Observó con detalle cada batalla, externas pero sobre todo internas, revivió sus logros y sus muchos fracasos. 

Por un momento se arrepintió de las acciones donde debió pensar antes de actuar y hablar, pudo darse cuenta de los berrinches infantiles, contó las lágrimas que pudo haber ahorrado y las risas que pudo haber multiplicado. Se dio cuenta del valor y de la influencia de las personas en su vida, triste puedo darse cuenta que muchas personas no fueron buenas con ella, muchas sólo fueron momentos pero no amigos, aún así ella siempre fue sincera y bondadosa. 

Al final de los escasos segundos que duraron sus visiones, se sintió feliz y se felicitó. No se arrepentía de nada, era feliz y nunca estuvo sola, se tenia a ella misma. 
Le pidió permiso al árbol para quedarse con él, para fundirse en el bosque y sentir la paz que proyectaba. El árbol rozó con una de sus ramas el rostro de la joven Princesa, le sonrió y dijo: "Eres dueña de tus decisiones, eres la directora de tu película, sólo tú puedes distinguir lo real de lo falso... Vivir en el Bosque es una decisión para toda la vida"

La princesa meditó lo que el árbol le había dicho, se disculpó y salió corriendo, confundida,  siguiendo su instinto encontró la salida y vió a lo lejos el castillo, dudó, una parte de ella quería regresar con el gran árbol y la otra con su familia.

Corrió con sus papás y hermanos, los abrazó y con un beso en sus mejillas les dijo ádios, regalándoles una hoja de aquel árbol.
Sus padres y hermanos con lágrimas, le desearon suerte, sin preguntar más.
Tropezó con su fiel perro, lo acarició y se fue.

Volvió al lugar mágico, el bosque, el árbol.
Se unió a ellos...