Fentanilo

“Agotado”

“Sin disponibilidad” 

“Ya no lo manejamos”




Hace meses probé este maravilloso medicamento opiáceo. Al momento de ingresar a mi torrente, poco a poco fue saliendo a la luz mi yo más hippie, risueño y amoroso, sentía que flotaba, todo se sentía taaaan bien, simplemente me sentía feliz por estar ahí donde estaba… El dolor se había ido y mis ojos se sentían pequeños, se respiraba paz y mis movimientos eran lentos, tenían un eco que me recordaba la danza de la abuela


Sé que probablemente el dolor que sentí ese día no se compara en nada con el que hoy siente aquel señor de mirada pérdida y ceño fruncido, el cáncer lo ha invadido y después de veintitantas quimios, decidió parar y ver como la vida poco a poco se le va apagando, dolor es insoportable. 


La familia puede sentir una pequeñita fracción del dolor, lo siente a través de sus quejas, de sus lapsos de conciencia y de sus rabietas hacia su compañera de vida, a pesar del dolor físico, tiene energía suficiente para desquitarse con ella, como si ella fuera la culpable. 


No es a propósito, es el dolor quién habla y actúa, nadie sabe lo que está sintiendo exactamente, entre la terquedad y el machismo heredado, es complicada la comunicación. Solo hay algo claro, nos duele su dolor. 


Duele la desesperación por querer detenerlo, duele que la vida le esté doliendo tanto y que lo único que le puede aliviar un poco su dolor esté agotado. 


Si pudiera viajar al pasado, regresaría a esa habitación en el hospital donde me internaron, le pediría a la Dra que no me suministrara el medicamento, que mejor me lo guardara para alguien más, si pudiera hacerlo, lo haría, para mi solo fue un ratito de dolor, pero para ti sería felicidad absoluta. 


Así que si alguien trafica Fentanilo, acepto.