Establemente desubicada

Extrañamente, no entiendo nada...

Siempre creí que cuando creciera iba a ser una RockStar o algo por el estilo.
Pensaba también, tener la vida que Barbie soñó.
Conforme pasaron los años me dí cuenta de que nada de eso sería real. Todo eso eran simples sueños "guajiros". Nada real.
Pasé tardes adornando mi recámara, tardes sufriendo por amores que más tarde pasarían a ser fugaces. 
En esas cuatro paredes, existía mi Utopía, ahí estaban plasmados mis sentimientos, recuerdos, envolturas de la amistad, fotos, esas paredes eran testigos de mis múltiples personalidades. También fueron la arrendadoras de mi corazoncito de condominio, de mis sueños, de mis horas más oscuras...

En esos años sólo me importaba tener la razón, mi única responsabilidad era mantener un promedio perfecto para que papá pudiera presumir ante mis tíos. Las peleas con mi madre era algo cotidiano, peleas por el poder, peleas hasta llorar por no saber quién tenía la razón. Ahora entiendo tanto a mamá, la admiro aún más por soportar los dramas de su hija adolescente y rebelde sin causa.  

Desde que recuerdo, las letras me han llenado, cada pelea, angustia o dolor -Mi favorito-, era un pretexto para llenar una hoja, siempre intensa, siempre tirándome al drama. Incluso hasta hoy, pero ahora simplemente por el placer de escribir. 

No diré que tengo la vida de Barbie, tampoco que soy una Rockstar y mucho menos soy perfecta, pero puedo decir que soy feliz, cumpliendo esos sueños que sigilosamente me taladraban el cerebro. Así es... Soy feliz.