Diez años

— Imagínate que nuestro "Yo" de ahorita, viajarán al pasado y nos dijeran que tú y yo nos vamos a casar y que vamos a formar una familia, primero con dos perros y después con 4 bebés... ¿Qué dirías? 

No he podido responderte, porque no me lo creería, nunca pasó por mi mente un «nosotros» y confieso que me espanté cuando llevábamos un par de meses saliendo y me preguntaste cuántos hijos tendríamos, si me gustaría vivir en un departamento o en una casa, antes de poder construir nuestro propio patrimonio. También me espanté cuando no habíamos peleado ni una vez, cuando no tuvimos un desacuerdo, cuando no fuiste celoso, cuando me abrazaste al verme llorar porque me preguntaste por mi Only One. 
Parecía irreal, que tenía miedo de despertar, pero también creí estar soñando y me abrumaba vernos tan felices y en paz. 

Cómo cuando me pediste que dejara de fumar, que te prometiera que no lo haría más, como cuando me abrazaste en ese ataque de pánico, dejar cualquier vicio autodestructivo fue tan fácil, así como lo fue enamorarme de ti. 

Puedo mirar atrás y ver cómo mi vida dió un giro radical desde que te besé la primera vez, es como si mi vida oscura se fuera alumbrando poco a poco con tu presencia. Puedo sentir como mi armadura se fue debilitando ante ti y me rendí, me rendí a ti, esa niña indomable fue domesticada por ti, pero al mismo tiempo me diste la libertad que yo misma me negué. 

Diez años desde aquel encuentro, ese que ambos estuvimos esperando y planeando pero, que, al final nos dió miedo porqué le tuvimos pavor al futuro, ese que hoy nos da pellizquitos y nos sonríe con ternura.

Mi vida es más dulce contigo a mi lado, no necesito ser presuntuosa, las personas a nuestro alrededor se dan cuenta y me llena de orgullo sabernos tan felices.  

Podría escribir mil historias y aún así, no podría describir todo que somos, eso es magia y la magia no se puede explicar. 
Me gusta ser el ejemplo de varias personas, ser esa meta en la vida de otras, me gusta que nuestra historia sea la más real de todas. 

Si pudiera darle un mensaje a nuestros yo pubertos, solo les diría: ¡Sí, todo pasará exactamente como tiene que ser, habrán, dragones y brujas, felicidad y tristeza, pero lo agradeceremos también! 

Todo, absolutamente todo valdrá la pena y el placer 💛