Yo quería, sí quería.
Sin querer aceptarlo, te recordaba con recelo y sentimientos confusos, pero no con amor. Sané la parte que dañaste, cosí cada pedacito de mí que una vez rompiste, me perdoné por permitirlo, pero realmente no te perdoné a ti, tus recuerdos son la etapa más oscura de mi pasado, la que más me dolió, en la que menos amor amor me tuve, me llegué a odiar, fue la etapa en la que más lloré, la más depresiva y autodestructiva también.
Quedaban pocos flashbacks felices, mi memoria selectiva se descompuso y fue mi peor contraataque... Propio.
Ni siquiera he podido leer tus cartas, esas que un día me hicieron sonreír estúpidamente, sé que no fuimos la pareja del año y que no teníamos mucho en común, mi estabilidad emocional y mental tampoco ayudaron pero, no puedo juzgarnos, ambos creímos que hacíamos lo mejor.
Tal vez nos faltó ser amigos, tal vez simplemente debimos darnos cuenta que no podíamos estar juntos y tratar de curarnos, estando tan rotos. Jugamos a querer querernos.
Te escribí tantas cartas y te juré que eras el amor de mi vida, discúlpame, no era verdad, pero no exageré cuando te dije que te amé, eso sí fue real.
Tuvimos muchas primeras veces juntos y es algo que se quedará en mi antesala, esos besos que me hicieron temblar están en una cajita especial, esos jamás te los regresaré, esos son míos, las canciones que te dediqué siguen intactas, tu sonrisa brillante me visita cuando las escucho.
Te quise de verdad y te quiero recordar con amor, quiero borrar esa parte donde quebrantaste mi espíritu y mi amor propio, quiero recordarte con amor, porque fuiste parte de mi vida, de mi vieja versión, esa que se apagó y que hoy brilla como nunca antes, es una pena que no hayas conocido está nueva yo, tal vez en está nueva etapa sí podríamos ser amigos, no sé.
Los días 6 de noviembre ya no son grises, ahora te recuerdo con nostalgia, el otoño ya no te pertenece, pero te agradezco por todos los anteriores.
Y si un día pudieras leer esto, solo quiero que sepas que hoy te recuerdo con amor.